Italia Antigua: la República de Roma durante el siglo II a. C., la toma de Hispania y Los Alpes

Hispania, mil años antes de la llegada de los romanos, era habitada por diferentes pueblos como los Iberos y Tartessos, luego estuvieron los celtas, que junto a los iberos dieron origen a los celtiberos; hacia el 500 a. C. Hispania se dividían en diferentes tribus y pueblos celtas, iberos y celtiberos. Por este tiempo llegaron los griegos y establecieron colonias. Durante el siglo III a. C., el sur de Hispania y sus pueblos fueron sometidos por los cartagineses que dominaban el norte de África y justo en el siglo II a. C. Roma tomó solo el este (más o menos la mitad de Hispania) tras que los cartagineses perdieron el sur durante el enfrentamiento de romanos y cartagineses en la Segunda Guerra Púnica a finales del siglo III a. C.

Tras esa guerra Roma no tuvo tiempo de descansar, pues como continuación llegó, en el año 200 a. C., la Segunda Guerra Macedónica; que enfrentaban a los romanos con el Reino de Macedonia. Fue en un momento en que los galos (celtas) hacían ataques constantes por el norte de Italia, justo ese año sucedió la batalla de Cremona que los romanos ganaron rotundamente siendo liderados por el pretor Lucio Furio Purpúreo.

La guerra contra Macedonia estuvo llena de aliados de Roma, pues fueron estos aliados la causa de la segunda guerra debido a las molestias causadas por Macedonia. Etolia, Atenas, Pergamo y Rodas se unieron con el fin de atacar Macedonia para que se reformara los acuerdos, cosa que consiguieron pronto tras un acuerdo de paz en 197 a. C.

Digamos que tras la guerra contra Macedonia hubo un poco más tranquilidad, sin embargo, se libraban batallas por el norte contra los galos que los romanos todavía no podían someter, cosa que lograron por la década, donde por fin lograron anexar parte del norte de Italia al imperio. Por otro lado, estuvo la guerra contra Nabis o guerra romano-espartana, un enfrentamiento en los Balcanes en el año 195 a. C.

Lo cierto es que Roma había hecho muy buenas relaciones por Europa del Este tras la guerra contra Macedonia. Sin embrago, en el occidente asiático existía (limitando con los reinos de Europa del Este) el Imperio seleúcida que empezó a atraer a los reinos de Europa de Este para planear futuros ataques contra Roma, sin embargo, el rey Antíoco III el Grande, intentó primer ataque en Atenas y fracasó en varias batallas en 191 a. C. y 190 a. C.

Los años 180 a. C. fueron tranquilos y hubo poca movida, esa poca fue en el norte, donde lograron extenderse más (lo que daría inicio a las Guerras Celtiberas que se extendieron por más de 50 años), y leí en algunos libros italianos sobro la alianza con el Reino de Purgamos contra los gálatas en estos tiempos (una tribu gala ubicada en lo que hoy es Turquía y había migrado allí).

Por cierto, el calendario romano se basaba con la fundación de Roma y varió mucho. Por otro lado, se habían asimilado muchos dioses de Grecia en Roma, los romanos siempre fueron vistos con una gran atracción por la mitología y cultura griega. Entre sus dioses más famosos están:

Júpiter; padre de los dioses y el hombre (Zeus);

Minerva; de la inteligencia (Atenea);

Marte; de la masculinidad y la guerra (Ares);

Juno; reina de los dioses (Hera);

Neptuno; de los mares (Poseidón);

Venus; diosa del amor (Afrodita);

Mercurio, dios olímpico (Hermes)

 

Autor: Tilemahos Efthimiadis Crédito: Tilemahos Efthimiadis / Wikimedia 

Son muchos más, y los más relevantes luego se verían muy identificados con las deidades más importantes de Grecia, cuyos nombre he hecho paréntesis. 

Durante los años 170 a. C. los romanos extendieron su territorio por los Alpes, llegando a limitar con la colonia de Massalia de los griegos Foceo en el contexto de las Guerras Celtibéricas, que estuvieron por mucho tiempo en un segundo plano en el contexto político de Roma.

En el año 171 a. C. inició otra guerra Macedónica, esta vez el cónsul Lucio Emilio Paulo conquistó Macedonia tras la batalla de Pidna, aquí el rey Perseo de Macedonia fue capturado y encerrado y Roma logró tomar el territorio en una gran extensión que abarcaban diversos pueblos de la zona.

Los años pasaban, las Guerras Celtibéricas tomaron relevancia en la década 150 a. C. en la que los romanos decidieron ir por Numancia, una de las bases de los celtas que acabó sitiada por Quinto Fulvio Nobilior en 153 a. C.

Existió la Cuarta Guerra de Macedonia (si se consideran que así se le puede pude llamar) que inició en 150 a. C. y terminó dos años después que en pocas palabras fue una sublevación de Andrisco, el hijo de Perseo. La Guerra de Aquea duró un año, fue solo una reblión de griegos en las zonas que los romanos dominaban en los Balcanes, los ya romanos dominaban las islas y poco después tomaron Etolia, Acaya y Atenas; era algo que veía venir y se concluyó con la batalla de Corinto.

La Tercera Guerra Púnica estalló de golpe en 149 a. C. cuando Cartago venía de perder una pequeña guerra con Nunidia, sin embargos, los cartagineses seguían cumpliendo con pagar las indizaciones a Roma, y justo en 150 a. C. se dio por finalizado el acuerdo. Obviamente los romanos no iban a aceptar que aquello terminase y este rechazo para Roma fue considerado un casus belli y la guerra inició cuando los romanos llegando con sus guarniciones a someter a la ciudad de Cartago. La realidad es que Cartago había pasado ya su mal momento, pero no estaban preparados para una guerra contra Roma, de hecho, intentaron de varias maneras llegar a un acuerdo, pero tal vez ellos nunca supieron que tan grande había sido el crecimiento de Roma tras la Segunda Guerra Púnica, es decir, hace más de 50 años. La guerra no duró tanto, pues la Republica de Roma ya era imparable, la batalla de Cartago fue el inicio y prácticamente fue toda la guerra. Terminó con Cartago destruida, más de 300 mil cartagineses terminaron muertos y unos 50 mil esclavizados a manos de los romanos liderados por el nieto del Escipión el Africano, Publio Cornelio Escipión Emiliano. Esto sucedió durante tres años que terminó con Roma tomando Cartago en 146 a. C.

Tras darle punto final a Cartago, Roma se concentró en las guerras celtiberas, intentando tomar Numancia, cosa que al final lo logró Publio Cornelio Escipión Emiliano (junto a él, como dato extra, estaba uno de mis cinco personajes históricos favoritos, en ese entonces simplemente militar experimentado Cayo Mario). Este hecho marcaría el nombre el nombre del protagonista como uno de los asedios más grande de la historia. Gracias a sus victorias fue cónsul de Roma nada más por eso. Este asedio dio fin a las Guerras Celtiberas en 133 a. C.

En Hispania, por su parte, los romanos ganaban terreno, ya habían sometido a iberos y algunos pueblos celtiberos y ya miraban a los celtas hispánicos de frente. Por el 129 a. C. Roma tomó Pergamo y la convirtió en la capital de la provincia que tenían en Asia Menor.

Tras las conquistas, Roma se enriqueció, por lo que hizo falta de mejores reformas para administrar mejor las nuevas tierras y la nueva población, estas reformas fueron la de los Hermanos Graco. Estas reformas pretendían mejorar la economía, pues era un desastre debido a la corrupción, incumpliendo de leyes, la toma de tierras y la mano esclava. Claro, a esto hay que sumarle los nuevos productos, las nuevas rustas de comercio y las nuevas ciudades y urbes que ahora los romanos controlaban que hacían que todo no fuese efectivo sin una buena administración y Roma se veía más empobrecida cada vez que hacían nuevas conquistas. Muchos habitantes de Italia se habían mudado a ciudades fuera de Italia, claro, después de las conquistas.

Como lo he dicho en muchos artículos, Roma quedó dividida en dos lados políticos, los optimates y populares. Los primeros luchaban por una sociedad totalmente controlada por ellos mientras que los segundos buscaban que los pobres o las clases sociales más bajas tuvieran más derechos y oportunidades y así evitar que los optimates fueran el centro monárquico.

Para los populares Escripion el africano fue importante, pues su crecimiento vino desde una clase pobre y desde su posicionamiento en el Senado mucho de sus descendientes adquirieron el perfil que sostenían los populares, que era básicamente mejorar el estatus social de las clases más bajes. Algunos de sus descendientes fueron Tiberio Sempronio Graco y Cayo Sempronio Graco, ambos nietos. El primero logró llegar al senado y fue el que inició las reformas de los Hermanos Graco, algo que ya venía formando años atrás, antes de llegar al senado. Liderando a los populares luchó por leyes como darles la ciudadanía romana a los italianos que no la tenían, es decir, a los italianos más pobres.

Tanto era el odio de los populares hacia Tiberio Sampronio, que en conspiraciones terminaron asesinándolo junto a sus partidarios. Pero la gran fama que estaba ganado Publio Cornelio Escipión Emiliano y lo que él significaba para los populares dejó una mala imagen a los optimates, así que para remediar dejaron que el hermano del difunto continuase con lo que Tiberio Sampronio había dejado, ese fue Cayo Sempronio Graco. Con el las reformas tomaron mucho más peso y algunas fueron aprobadas, pero los optimates no permitieron que todos los italianos tuvieran la ciudadanía dado que eso les quitaría poder y grandes privilegios, los optimates ganaron esta guerra civil y Cayo Sempronio Graco y sus partidarios terminaron asesinados en 121 a. C., sin embargo, los hermanos Graco solo habían iniciado algo que significaría mucho para la clase más bajas de aquella Italia republicana. 

A finales de los años 120 a. C. Roma logró tomar todo los Alpes y conectar un terreno largo con Hispania que prácticamente ya controlaba, tomó la ciudad de Massalia y por esos años Quinto Cecilio Metelo conquistó las islas Baleares. Por oriente Ponto fue sumada a Roma, pero treinta años después causaría una guerra contra Roma.

Justo por el 113 a. C. inició la Guerra cimbria con la batalla de Noreya que enfrentaba a los romanos contra pueblos germanos y celtas que migraban desde sus pueblos (pueblos barbaros) a las posiciones de Roma a saquear y hacer acciones bélicas. Para que no fuese poco al siguiente año la Guerra de Jugarte iniciaba el conflicto contra el Reino de Numidia que se vio revuelta en una guerra civil por una cuestión hereditaria de la muerte del rey Micipsa de Numidia.

Numidia quedó dividida en tres, el este para el hijo del difunto rey, Aderdbal, el centro para Heimpsal y el oeste para su sobrino Yugurta (amigo militar de Cayo Mario). Yugurta asesinó al primero y el segundo pidió ayuda a Roma, pero los senadores no estaban como para asuntos ajenos. Sin embargo, intentaron poner orden, pero Yugarta no lo facilitó y mató a Heimpsal, lo que significó motivo de guerra para los romanos.

Se idéntica mucho este hecho con los pensamientos fisiológicos de los romanos, pues fueron fácilmente sobornados por Jugarta. Su filosofía es identificada con el estoicismo, naturalmente influenciado en Grecia.  Los romanos eran muy apegados a lo físico, tenían muchas ideas sobre el universo o la metafísica, pero esto cambió con el tiempo. 

En la Guerra de Jugarta, el Reino de Mauritania, hizo una alianza con Yugarta, sin embargo, tras algunas batallas contra otros generales, este fue vencido por Cayo Mario en una jugada que hizo con un colega, hablo de Lucio Cornelio Sila que gracias a esto fue finalmente capturado y ejecutado en la ciudad e Roma; este fue le fin de la Guerra de Jugarta que terminó con la mitad del Reino de Numidia para Roma y la otra mitad para Mauritania.

Cayo Mario nada más al llegar victorioso fue coronado líder del parlamento de los populares con grandes honores por la guerra en África. Se casó con una mujer de la familia de los Julio, que era de clase alta, claro. Fue elegido cónsul en 104 a. C., justo un año antes del desastre de batalla de Arausio de 105 a. C.

Mientras tanto, por Hispania, la Galia y la zona del norte de Italia la Guerra Cambria no cesada, con Roma tomando más terrenos en Hispania. Cayo Mario fue elegido cónsul los tres siguientes años y estratégicamente logró vencer a los celtas y darle fin a la Guerra Cimbria en el año 101 a. C. después de la Batalla de Vercelas, donde los germanos, viéndose vencidos (al estilo Hitler), se suicidaron mientras que sus mujeres daban batalla a las tropas romanas.

Roma ganó rotundamente y se apoderó de más terreno más al norte europeo; llegando a lo que hoy es Suiza, Austria y ocupando más la Galia (Francia). Y aunque difícilmente lo llegaran a creer, dado a que apenas les mencioné el nombre de Cayo Mario, este personaje fue elegido cónsul cinco años consecutivos, es decir desde el año 104 a. C. hasta el 100 a. C. Durante su mandato hizo muchas cosas que reservé a contar en el siguiente artículo, el de la Italia del siglo I a. C.

PRIMEROS SIGLOS DE ROMA