Historia de España en el siglo XVI: los reyes católicos y el inicio de las guerras en Italia

Podemos iniciar la historia del siglo XVI de España en 1475 con la Concordia de Segovia en el que la Corona de Castilla y Aragón se unían (todavía no era España). En 1492 se firmó la Capitulación de Granada por los Reyes Católicos, Isabela I de Castilla y Fernando II de Aragón (Matrimonio conocido como el de los Reyes Católicos), y por el sultán Boabdil que dio fin a la Guerra de Granada y por ende el fin del control musulmán en la Península Ibérica. En este tratado se incluía la aceptación de la religión islámica para los musulmanes que decidieron quedarse y el perdón general por los delitos durante la guerra. Esto acabó con la entrega de Granada a los Reyes Católicos el 2 de enero de 1492.

 

Ya con tranquilidad, los Reyes Católicos se centraron en la necesidad de encontrar nuevas rutas para llegar a la India… Esto se debía por diversas razones, la principal era debido a la Caída de Constantinopla que impidió el paso por el Mediterráneo, mientras que por el otro lado estaba la competencia marítima con Portugal. De todo esto apareció Cristóbal Colon, e Isabela la Católica le otorgó una expedición que concluyó con el Descubrimiento de América.

 

Tras el tratado de Barcelona de 1593, al siguiente año inició las guerras italianas en donde Fernando de Aragón —tras la muerte del rey de Nápoles, Fernando I de Nápoles— entraba en disputa por su derecho al reino de Nápoles que desde 1442 estaba bajo el control de la Corona de Aragón. 

 

En disputa entraban Carlos VIII de ocupar Nápoles. Todo comenzó con la dinastía Angevina (Anjou) con Carlos I de Anjou en 1265 cuando este fue nombrado rey de Sicilia por el en ese entonces obispo de Roma (el papa). Tras la conquista de Carlos de Anjou de Sicilia Citerior (Nápoles), el reino fue disputado por Pedro III de Aragón y su mujer Costanza de Corona de Aragón (España). Pese a que Pedro logró quitarle el trono (que de hecho estaba dividido) a Carlos de Anjou fue excomulgado por el papa poco después que lo hicieron con Carlos I de Anjou. Este solo pudo quedarse con parte del territorio. Carlos VI de Anjou adaptó la parte de Sicilia en lo que conocemos como el reino de Nápoles. Luego vinieron reyes sucesorios de la dinastía Angevina hasta la muerte de Juana I que causó un conflicto de sucesión entre Luiz II de Anjou y Carlos VII de Nápoles (y II de Hungría). El ganador fue el rey de Hungría y este dejó en el trono a su hijo Ladislao I para poder volver a Hungría. Cuando partió, Luis II pudo recuperar el trono gracias a que Ladislao era menor de edad, y cuando este cumplió la mayoría de edad pudo reinar a partir de 1399. Tras su muerte reinó su hermana Juana II sin herederos de sangre y luego lo hizo Renato de Anjou. Posteriormente los españoles (Corona de Aragón) se hicieron con el control del reino.

 

La Casa de Anjou y la Casa de Valois eran de los Capetos (Francia), por lo tanto, técnicamente ambas ramas estaban conectadas. Ahora Luiz VIII quería recuperar el trono, y utilizaba todo lo anterior y lo de su abuela paterna (hija de Luis II de Anjou que fue un rey de Nápoles) como base, el rey quería utilizar Sicilia como base militar para vengarse de los turcos otomanos (que estaban detrás de Sicilia) por ser los responsables de la famosa Caída de Constantinopla. Aparte, estaba la rivalidad con los Hamburgo del Scaro Imperio por ser la familia más poderosa de Europa: los Valois y los Hamburgos (de donde viene Carlos V del Sacro Imperio).

 

En el 1594 llegó Alfonso II de Nápoles al Reino de Nápoles, el rey francés Carlos VIII se enojó y con un ejercito llegó a Italia que de por si ya tenía mucha tensión entre los estados pontificios. Tuvo el abal del del duque de Milán, Ludovico Sforza, por razones de su esposa que competía con la hija (Isabela de Aragón) del en ese entonces rey de Nápoles, Alfonso II de Nápoles por la herencia del Ducado de Milán.

 

Ya con Carlos VIII y su ejército en Italia muchas ciudades fueron sometidas por el francés que iba dispuesto por quitar del trono de Nápoles a los aragoneses.

Los italianos con temores de que la península se convirtiera en parte de Francia crearon la Liga de Venecia o Liga Santa y los reyes católicos se unieron a ella el mismo año de su creación, es decir, 1495. El rey francés se dio cuenta de que no podría hacer mucho ante esa alianza y se vio obligado a establecer acuerdos de paz, muriendo este en el 1998. Poco después tuvo lugar el Asedio de Cefalonia entre franceses, venecianos, y españoles en las guerras turco-venecianas.

 

En el 1596 Fernando II de Aragón y Isabel I de Castilla recibieron la bula del papa y su matrimonio pudo realizarse con la aprobación de Roma. Sin embargo, una serie de hechos en el transcurso de los años como la muerte de su madre (Isabela de Portugal), la locura de su hija Juana, la muerte de su nieto Miguel (clave para lo que iba ser la Unificación de España y Portugal) y de su progenitora en otras causas desencadenaron en su muerte en 1504.

Foto inspirada en Los Reyes Católicos administrando justicia en el Palacio Real, de Víctor Manzano.

Fernando II de Aragón continuando reinando los dos reinos como gobernador, pues en la concordancia de Salamanca su hija Juana I de Castilla y el marido de esta, Felipe el Hermoso, quedaron gobernando en Castilla, sin embargo, las ambicioses de Felipe por tomar Castillas continuaron y en 1505 tuvo lugar el Tratado de Blois que se desencadenó con el matrimonio del viudo Fernando con Germana de Foix, sobrina del rey de Francia, Luis XII, para pacificar ambos territorios. Además, había demasiadas ocupaciones: la conquista de América, la posiciones en el mediterráneo y África.

 

Este matrimonio trajo problemas, pues un hijo de estos dos heredaría la Corona de Aragón, cosa que en Castilla; Felipe y Juana no querían porque existía la posibilidad de que Francia se apoderase de la Corona de Aragón por medio de ese matrimonio. Y este hijo existió en 1509, pero murió al nacer y nada extraordinario sucedió.

FRANCIA MODERNA SIGLO XVI